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A las 6 y pico

Ciegos de odio

Están ciegos de odio
No pueden amar
Nacieron con los ojos oscuros
Pero un bebé no es un asesino.
Crecieron donde no alumbran las farolas
Se alimentaron de sangre ajena
Y nunca besaron a su madre.

Sus cuerpos se mecieron entre gritos de histeria
Y un soplo de alambradas
Arrancó su inocencia
En las madrugadas
Donde debieran descansar tranquilos.

Son niños de ojos de cristal
Y rostros arañados por la tristeza.
Acurrucados en los únicos brazos
De las calles violadas por sus presidentes.

Niños envejecidos
Por polvo de cuchillos,
Hermosos claveles
Arrancados de nuestros jardines,
Débiles, inseguros, despistados
Son ellos, nuestros pequeños olvidados.

3 comentarios

perseida -

No todos los olvidan, tú los recordaste aquí. Un saludo supalí.

Supalí -

Gracias Cerro, por ver esa belleza y por incluirme aqui, es un gran placer para mi, un beso grande.

Cerro -

Joé, Supalí, describes la fealdad con mucha belleza. Un abrazo.